Siguiendo el fundamento
de la Medicina Tradicional China, existe una energía vital
que circula de una manera constante por el cuerpo humano, tanto por
la superficie corporal como por los órganos internos trazando
unas trayectorias definidas de movimientos llamadas meridianos.
Cada meridiano
se diferencia por el nombre de la víscera que le corresponde
y se refleja por una serie de puntos de la superficie corporal, por
los cuales circula dicha energía como un único río
para alimentar e irrigar los tejidos que contiene.
Cuando el hombre se
enferma, es porque hay un desajuste energético en su cuerpo,
que puede haber sido estimulado por agentes externos como por ejemplo,
el frío, el calor, la humedad... o por agentes del propio individuo
como los trastornos hereditarios o congénitos.
De
esta forma, con la Acupuntura se determina un diagnóstico y
se aplica la técnica terapéutica necesaria para cada
enfermedad o trastorno y además, también sirve para
aplicar técnicas preventivas en determinadas enfermedades,
mediante la punción y estimulación de ciertos puntos
energéticos del cuerpo humano por diferentes tipos de agujas
finísimas.